Tel. 937 447 118 - 608 892 200
Precio medio: 15-20 €
Precio medio: 15-20 €
Por tratarse de un entorno de montaña y por tratarse de un restaurante con bastante cocina de brasa en el menú, nuestra recomendación es optar por una parrillada de verduras de primero y, de segundo, algún plato como el conejo o la codorniz a la brasa. No lo hacen mal.
Como optamos por zamparnos un menú, nos atrevimos también con el vino de la casa. Lo sirvieron en porrón, lo que amenizó la comida con algunos tragos a brazo estirado esperando no mancharte la ropa!
Nota: las setas de la cesta no son gentileza de la casa, es que no nos pudimos resistir a compaginar la visita románica con una visita a los bosques cercanos...
Nota: las setas de la cesta no son gentileza de la casa, es que no nos pudimos resistir a compaginar la visita románica con una visita a los bosques cercanos...
Monasterio del siglo XI construido con sillares y piedra del entorno inmediato. De naves simples, aire lombardo, gruesas paredes y bóvedas de cañón. Su fría arquitectura -junto a la niebla que nos acompañó en las primeras horas de la mañana- nos hicieron intuir la dureza de la vida monástica en ese lugar en las épocas del medievo.
El luminoso claustro, aunque reconstruido tras unos terremotos del siglo XV, alberga algunos capiteles que muestran un tosco románico.
Pero el monasterio actual permite un agradable paseo por sus diversas estancias: la bodega, la cocina, el refectorio, el dormitorio, la sala capitular, el campanario, la cámara prioral y, obviamente, ... la iglesia!, de tres naves, encabezadas con sus respectivos ábsides. Iglesia que tiene la peculiaridad de ser más ancha que larga y de ser sorprendentemente alta.
Además, otro de los encantos de este monasterio es su espectacular enclave. Situado en el extremo de la sierra de Casserres y rodeado por el meandro del río Ter - cuando, por fin, se levantó la niebla - nos invitó a saborear el paisaje de los alrededores del monasterio. Lo dicho: espectacular!
2 comentarios:
En un impresionante entorno natural, que me recuerda muy mucho al segoviano de San Frutos, se alza este primer monasterio benedictino catalán en cuyos orígenes vuelve a presentarse la leyenda de la mula que con su muerte, señala el lugar sagrado elegido para su erección.
Y veo que prefieres el menú al aire libre, de conejo o cabrito a la brasa ( con guarnición de setas al natural) que la elaborada cocina del Parador cercano de Vic, donde un empleado de raíces almerienses, nos demostró que todo es posible. El vino no es que sea de cosecha, pero el rito del porrón, bien merece su catadura.
Un fuerte abrazo
El monasterio es espectacular junto al entorno hace de la visita un placer sobre todo se es en primavera. Hace algún tiempo que lo visité y publique una entrada sobre el mismo. Suelo ir de vez en cuando por la zona ya que también es un buen lugar para buscar setas. No sé si habéis estado en Corbera de Llobregat donde hay restos del Monasterio de Sant Ponç que pertenecía al Monasterio de Casserres, la población también está muy bien que por extraño que parezca tiene mil años de historia... Os invito a visitar mi blog (Imágenes png y mucho más) donde subí información e imágenes de ella, si os interesa está en la pestaña de escapadas que es la que suelo utilizar para esas salidas al lado de casa o de pocos días.
Un cordial saludo.
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